Del esfuerzo de años me lleve un par de chucherías gastadas. El cansancio de muchos años andados. Dejé un jardín que toma lugar donde mis manos contenedoras ya no llegan. Un limonero, un naranjo y un duraznero que ya no está. Un jacarandá que por fin ha decidido crecer caprichoso , cobijado por árboles desmadrados. Una hiedra que arrasa con todo a su paso, liberada de mis manos podadoras.
Dejé mi inmadurez y me llevo esta mujer que logró decir basta, que decidió volar alto y evolucionar.. y decidió que hay cosas que no quiere volver a vivir nunca más.
Me llevo unos tallos de mis hortensias que misteriosamente hoy me esperaron con brotes nuevos, luego de secarse cuando en un intento de herirme les quitaron el agua.
Le digo adiós a mis puertas antiguas, mis mamparas verde agua, mi bañera de patas de garra, mis frases en las paredes (al fin cumplidas) mis flores y árboles y el que por fin fue mi propio jardín. Le digo adiós a quien fui alguna vez y bienvenida a mi nuevamente.
Me llevo unos tallos de hortensias por que la vida siempre se reinventa.